En la vida todo va sucediendo, de todo nos llega a pasar, buenas o malas pero
experiencias que te va dejando la vida como lecciones, sino aprendiste una vez pues prepárate
que habrá una segunda vez y así constantemente, todo depende de uno, es difícil
ver y sentir el vacío que alguien te deja, no es nada fácil levantarse por la
mañanas y sonreír cuando lo que quieres hacer es abrazar tu almohada y
desahogar a ese corazón, sacar ese dolor pero aquí viene nuestra capa de protección
y nuestra “fuerza”, conlleva a que todos crean que tienes el corazón de piedra,
a que poco te importo lo vivido, pero nada saben ellos de dolor que cargas día
a día.
Ahora comprendo que acumular el dolor, callar a tu corazón es
el peor error que como humano llegamos a cometer, creemos que las lágrimas muestran
debilidad, y mostrarlo ante el causante nos hace doblemente débil, pero que
falsa idea tenemos al respecto, más aún cuando frente a ti tienes a aquella
persona a la que una vez quisiste con el alma y la vida dabas, mostrarle que
ahora te hace daño solo demuestra que lo amaste y las dudas y excusas no le cavaran
en sí.
Más de una vez, nos escondemos, huimos, no al compromiso, no
a la fidelidad, no a las promesas porque crees que de nada servirá , ya una vez
lo hiciste pero que mal te pagaron, cierto. No dudo que creas eso, tu frialdad
y desconfianza son las consecuencias que te dejo el pasado ahora dime si crees
que tu presente debe de cargar con ello, o renovarías todo.
Si hay algo nuevo que quisiéramos intentar es amar a un corazón no
lastimado, porque nos arrastra con él, buscamos algo puro y sincero, pero juntar a ambos es pedir demasiado. Todo gira
alrededor de lo rosa, pero cuando despiertas de ello, lo gris espera y depende
de uno si se enrumba a lo blanco o negro.
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